¡Qué emocionante!
El álbum ilustrado ofrece grandes oportunidades para los lectores: dan el espacio suficiente para que la lectura provoque emociones, sentimientos y experiencias personales. La lectura en sí misma es un proceso personal, de construcción, un proceso. El álbum ilustrado «regala» siempre ocasiones nuevas para que el lector pueda aportar interpretaciones diferentes. Además, le proporciona «ejemplos» de cómo expresar lo que a uno le está pasando y no sabe como verbalizarlo. Los cuentos, las narraciones, siembran en las personas, pero no podemos esperar que el fruto surja de inmediato; queda ahí, esperando que el recuerdo recupera la narración que tiempo atrás llegó. Es como esa melodía que uno susurra y que escuchó no sabe cuándo.