Lola Suárez: la escritura como compromiso
Lola Suárez
Lola Suárez, docente, pedagoga, fundó en 1984 una revista de literatura infantil con la colaboración de otros maestros llamada Marañuela. Algunas de sus publicaciones son: Cleta y Domitila, ¡Hoy no me quiero levantar!, Juan Cabeza de Nido, Piojos y tarea, Calima, El callejón de la Sangre…
Lola Suárez lo tiene claro. La punción de escribir es grande. Si hubiese ejercido cualquier otra profesión, posiblemente hubiera terminado también escribiendo. Pero no cabe duda que la docencia le dio la posibilidad de estar cerca de los lectores y de conocer su realidad. Reconoce que «muchos de mis personajes están sacados de las aulas». Ella utiliza el término chinijos, lo que denota sus orígenes conejeros.
Pero indudablemente, Lola Suárez es una escritora isleña, que ha llevado con orgullo su insularidad y ha sabido, como pocas, conquistar otros territorios sin perder su esencia, sin renunciar a lo que es: una docente innovadora, una escritora con fuerza, una narradora incansable.
Sabe del poder de los cuentos y de las palabras. «Los chicos, que a veces te piden golpes de realidad y quieren respuestas concretas y concisas, desde que tú entras en el mundo de la historia, de la fabulación, ellos entran contigo». Y Lola conoce los mecanismos para que eso suceda sin que te des cuenta, con naturalidad, con la misma con la que al acabar la conversación, la escritora nos invita a un sancocho.
Para Lola Suárez, una escritora de literatura infantil y juvenil sigue recordando, rememorando cuando fuiste niño y «no quieres dejar atrás esa parte de tu vida, de alguna manera, volver a revivir (…) y sobre todo también mimar a los niños y a las niñas para darles lecturas que les puedan gustar y los puedan hacer disfrutar».
La conversación que mantuvimos con Lola Suárez fue una bocanada de aire fresco: cuando la escuchas renuevas tu compromiso con los lectores y sabes que la literatura cumple su objetivo.
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