Los niños no se comen o cómo empezar bien el curso.

Higgins nos hace reflexionar sobre cómo nos relacionamos con los demás y lo consigue con mucho sentido del humor.

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1 Los niños no se comen

2 Contamos el cuento

3 Suelta de cuentos: Los niños no se comen

4 La letra de la canción

5 Cantamos el cuento

5.1 Vídeo

5.2 Canción [Audio MP3]

Los niños no se comen

He leído en algún artículo que Ryan T. Higgins, el autor de «Los niños no se comen» (Editorial Molino), es vegetariano. Por lo que ahora entiendo que no sea él, sino un dinosaurio, el que se coma los niños en este libro.

El álbum ilustrado cuenta la historia de una dinosauria que va al colegio por primera vez. Y cuando descubre que todos sus compañeros son niños, se los traga, porque para ella, «los niños están deliciosos». Aunque luego los escupe, Penélope da miedo y se le hace difícil hacer amigos. Es normal, ¿quién quiere ser merienda de un compañero de clase?

En algún momento nos hemos sentido desconcertados cuando llegamos a un sitio nuevo y no sabemos cómo comportarnos. La inseguridad puede provocar que cometamos errores, alguno de ellos difíciles de explicar.

Su padre le dice en un momento: «por dentro son iguales a nosotros». Y Penélope descubre el significado de esa frase cuando se encuentra con un Walter, un pez que vive en su clase. Ese encuentro le hará ponerse en el lugar de sus compañeros y pensar su comportamiento.

Cuando leí el relato en casa, me reí mucho. Me parece un texto con mucho sentido del humor y con unas ilustraciones llenas de expresión y color.

Y cuando lo leí en el aula, el alumnado también se lo pasó muy bien y se sorprendieron con un final que les dejó, por unos instantes, un sabor agridulce: no sabían si continuar con las sonrisas o mantener la boca entreabierta.

Después hicimos una canción y estuvimos cantando «Los niños no se comen» durante todo el curso.